Aún que sabemos que nunca se cumplirá, nos gusta soñar que somos princesas de un cuento encantado y que en un precioso día un caballeroso príncipe azul
montado en un magnífico corcel nos salvará de la malvada oscuridad.
PERO A VECES HAY QUE APARTAR LOS SUEÑOS
Y MIRAR A LA REALIDAD.
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